6 Lecciones que me hubiera gustado conocer antes de empezar a trabajar.
Recientemente he reflexionado acerca de las lecciones que me ha dejado el trabajo a lo largo de estos años y que me hubiera gustado saber cuando recién salí de la carrera. Eso, sin duda, me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza.
No contaré con una larga trayectoria con décadas y décadas de experiencia laboral, pero decidí hacer una “fecha de corte” y preparar un listado con algunas de las lecciones más memorables.
Este listado presenta desde opiniones/puntos de vista hasta ideas prácticas que tengo hasta el momento (puede que en un futuro tenga más ideas, refuerce aquellas que presento a continuación, o, en el peor de los casos, que incluso cambie de parecer). Pero teniendo como objetivo evitarnos problemas o ahorrarnos tiempo. Sin nada más que decir, empecemos.
1. “Los gerentes son personas visuales”
Esta lección me la dijo un jefe y tiene razón. La mayoría de los gerentes no tienen tiempo de analizar las toneladas de información que les reportan sus empleados.
Cuando se les tiene que reportar algo mediante un correo (por ejemplo, el estatus de alguna campaña, una estrategia publicitaria, las incidencias de un sistema…etc.). Es buena idea presentar la información:
- Mediante gráficas o tablas
- Que se encuentre condensada en diferentes categorías
- Y muy importante, que le hagan sentido y le den valor al gerente.
Si se presenta la información en tablas, esta debe siempre hacer coherente (aunque se le apliquen filtros a las distintas columnas).
Otro detalle importante es utilizar determinados colores y tipo de letras que permitan mandar un mensaje más claro o que le faciliten tomar una decisión. Pensemos, por ejemplo, un color verde indicando un estatus “óptimo o esperado”, un color amarillo indicando “alerta o precaución” y rojo “crítico, requiere atención inmediata”.
Siempre es importante sustentar nuestros reportes, es decir, justificar de donde obtuvimos la información. Por ello cuando mandemos reportes por correo no olvidemos poner el detalle (ej. archivos excels) como adjunto mientras que en el cuerpo del correo están las ideas generales.
2. Los consultores están para dar seguridad al cliente
Imaginemos que estamos en el área de sistemas y de pronto ocurre una falla que llega a odios del cliente. Es de esperar que se muestre ansioso y comience a presionar para saber lo que sucede.
En momentos críticos, uno puede caer en el error de presentar la información incompleta (a cuenta gotas) o un diagnóstico equivocado que pongan más ansioso al cliente.
Esta claro que no podemos ni debemos ocultarle la verdad, pero ¿no sería buena idea decirle “Dame oportunidad de revisarlo y en X tiempo hacemos un checkpoint para saber el estatus”? Esto nos permitiría tener suficiente tiempo para reunirse con el equipo, hacer un frente y determinar, no sólo el diagnóstico del problema sino la solución junto con los siguientes pasos a seguir para que no ocurra nuevamente
Se vería terrible dar un diagnóstico y a los 5 minutos cambiar de parecer. O también, que el cliente pregunte a nuestros compañeros y den un diagnostico distinto al nuestro.
3. Escribe tus logros en papel
Tuve la oportunidad de trabajar con un compañero de equipo con más de 40 años en la industria de sistemas. Con base en su experiencia, le pregunté qué hacía que ciertas personas “resaltaran” por encima de otras.
Me contestó que el común denominador de estas personas, es que tenían bien claro sus logros y se sabían vender. Por ello, me recomendó anotar en papel aquellos objetivos o metas que había logrado para bien de la empresa.
De esta manera, en las evaluaciones de desempeño tendría los fundamentos suficientes para pedir alguna promoción o aumento y no improvisar.
4. Compromiso por el trabajo no debe ir por encima de la familia
Es innegable que la mayoría de nosotros quiere reflejar una imagen responsable y de compromiso en nuestro trabajo. Existen ocasiones que salimos tarde o que incluso vamos a la oficina los fines de semana para sacar la chamba.
Sin embargo, sería muy triste que, a pesar de los sacrificios constantes, la empresa no los reconociera. Y en su lugar, a regañadientes nos diera permiso para tener vacaciones o pedir un día para asistir algún evento importante de un familiar o amigo.
Al final de nuestros días no nos lamentaremos porque no trabajamos más, sino que sentiremos pesar de no haber pasado mayor tiempo y de calidad con nuestros seres queridos. Pensemos también que nadie nos recordará como la persona que se salía tarde para sacar un proyecto.
Esto no quiere decir que tengamos carta abierta para abusar de nuestro trabajo (que podamos faltar, llegar tarde o salir temprano todos los días), pero es bueno reflexionar y pensar que si a pesar de que estoy dando mi mejor esfuerzo, la empresa no lo reconoce ¿entonces cuándo lo hará? ¿acaso será necesario que sacrifique más tiempo de mi familia para que sí?
Es irónico, el mismo jefe que me dio la lección de “Los gerentes son personas visuales” me confrontó cuando quise salir a mis horas diciendo que él no podía hacerlo pese a que su hija recién había salido de operación. Valdría la pena que él se preguntara el orden de sus prioridades en la vida y más importante aún, que no las impusiera a los demás.
5. Qué hacer cuando un ambiente se vuelve tóxico
Determinar el ambiente de trabajo puede ser algo muy sutil como muy evidente, por ello hay que tener un ojo crítico e imparcial.
Por ejemplo ¿cómo te sentirías si te esfuerzas por dar resultados y sabes que eres una persona comprometida, puntual, dispuesta ayudar a tus compañeros…vaya, eres un emplead@ modelo, pero aun así no eres reconocid@ y en su lugar, el “recompensado” es alguien que no lo merece?
O pongamos otro caso, si en vez de recibir retroalimentación efectiva que te permita hacer mejor tu trabajo recibes constantes críticas o regaños que rayan en lo personal y que además te hacen sentir mal.
O qué sabes que vives en una “administración de terror” o “microgestión” que te hacen sentir agobiado…y demás.
Entonces, es mejor pensar seriamente en moverse a otro lado (otro departamento o, de plano, cambiar de trabajo).
Es obvio, el mundo no está diseñado para complacernos y es necesario adaptarse. Pero cuando identificas una constante cultura laboral que reprime tus ideas, reconocimientos, que no tienes un crecimiento profesional y ya hiciste lo posible por expresar tu opinión sabiendo que no hay cambios….entonces, es necesario buscar otro lugar donde sí logren valorarte.
6. Busca un mentor (y sé uno de ellos)
No importa cuántos años tengas, es sabio rodearse de compañeros con experiencia y que sabes puedes aprender de ellos tanto habilidades técnicas como personales (por ejemplo, conocer cómo resuelven los problemas, cómo los evitan, cómo han llegado tan lejos en una organización…etc). Está claro que los buenos mentores nos pueden ahorrar tiempo y dolores de cabeza.
Sin embargo, así como los admiramos y buscamos estar con ellos, también nosotros deberíamos imitarlos: estar dispuesto a enseñarles a los demás. No caer en el error y pensar “¿por qué tengo que ayudarle a tal persona? ¿qué recibo a cambio? Mejor que le cueste lo que a mí me costó”
Esta forma de pensar remite a la época medieval donde “el conocimiento” lo tenían ciertas personas y el resto vivía en total ignorancia. Y vean como nos fue, siglos perdidos de lo que pudo ser de avances.
Conclusión
Estos fueron algunos de los consejos que pude identificar / recordar. Claro que existen muchos otros más, que pudieran ser específicos de acuerdo a la profesión.
En un siguiente artículo hablaré de los siguientes:
- La importancia de tener una buena ortografía en un correo
- Importancia de validar antes de actuar
- El poder del Networking
Espero les haya agradado y si tienen algún otro consejo, no duden en ponerlo en los comentarios.